El mensaje de Ilie Cioara es original y único, aunque forzosamente nos recuerda a Kahlil Gibrán, Nisargadatta o Krishnamurti. Cioara nunca viajó a la India y jamás perteneció a ninguna escuela. Su mensaje es claro: practicando el silencio de la mente con toda nuestra atención llegamos a descubrir nuestro potencial interno: somos uno con la Chispa Divina que reside en nuestro interior. No hacen falta maestros, métodos, técnicas ni rituales. De hecho, todos los métodos y todos los rituales vienen de la mente y originan patrones mentales, reforzando de este modo la ilusión y la prisión del ego. Nuestra naturaleza divina es infinita, sagrada y eterna. Pero ningún esfuerzo de la mente ni del ego nos llevan hasta ella.