Fray Cadfael encuentra de nuevo la posibilidad de poner de manifiesto su habilidad y su tolerancia para reconciliar enemigos y aportar felicidad a las vidas de otros.
En el verano de 1144 una extraña calma reina en Inglaterra. Los ejércitos del rey Esteban y la emperatriz Matilde, en lucha por el trono, están exhaustos, y la vida parece más hermosa y tranquila... Quizá demasiado. Fray Cadfael empieza a añorar una vida más activa.
Por suerte fray Marcos, su antiguo discípulo y amigo, llega a la abadía para hacerle una petición: es el encargado de una misión diplomática en un obispado galés y necesita a alguien que hable el idioma tan bien como su antiguo maestro.
Sin embargo, antes de llegar a la corte de Owain Gwynedd, son capturados por mercenarios daneses. No tardarán en descubrir que se encuentran en medio de una disputa entre dos hermanos por el reino; una disputa que puede desatar un caos mortal.