El Veedor es la crónica del aprendizaje del camino de perfección de Marçal Micó, cantor de la capilla profesional del Misteri dElx, ilustrado avant lettre, y testigo de los cambios culturales, sociales y políticos de la época que va desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII. La trama argumental se estructura en diversos niveles: un largo viaje vivencial entre Elche y Orihuela, focos, a la vez, receptores e irradiadores de las nuevas formas de la música barroca, representadas por el ilicitano Matías Navarro, maestro de capilla de la catedral de Orihuela, cuyo progresismo artístico supone la transición desde la polifonía hacia la música tonal; la acción conduce también a las ciudades de Valencia y Madrid, donde el protagonista, veedor del Señor de Elche, conoce las nuevas costumbres y corrientes ideológicas importadas desde Europa [nunca los Pirineos fueron tales]. La Guerra de Sucesión a la corona de las Españas, la llegada del primer Borbón y las repercusiones en la sociedad estamental y en las conciencias individuales de estos hechos sirven de telón de fondo para la acción. El retrato del ambiente popular de la época es excelente: capillas catedralicias y lupanares, plazas mediterráneas y palacetes de la corte, la humanidad entera desfila por sus páginas. Además El Veedor, como obra abierta, admite otras lecturas: Marçal Micó no sólo conoce; también siente: amores malogrados, amigos perdidos, familiares que nos dejan y, al final, un conformismo estoico, placentero...