El último día de un condenado a muerte es un relato en primera persona en el que Victor Hugo deja de lado los detalles de la biografía del condenado: su origen, estado social e incluso su crimen. Es el espíritu de un condenado el que se analiza y escruta con un rigor y una paciencia totalmente metafísica. Escuchamos la voz de un individuo que espera la muerte y oye discurrir su conciencia, que narra al lector su camino a la agonía para compartirlo con él, que también aguarda, aunque sin plazo prefijado, la muerte. El recurso literario al monólogo interior convierte este relato en una de las primeras novelas modernas. Completa la ediciónClaude Gueux (1834), una crónica judicial escrita dos años después de que su protagonista fuera ejecutado.