Con el establecimiento del Virreinato de la Nueva España, los ceremoniales propios de las monarquías europeas se trasladaron al continente americano. Sin embargo, la capital virreinal nunca celebró festejos con la presencia del monarca, de manera que su enviado directo, el virrey, alcanzó una enorme relevancia simbólica y ceremonial. La presente obra estudia el viaje triunfal que los virreyes realizaron de Veracruz a México, desde 1535 hasta 1821, así como los ingresos públicos en las ciudades de trayecto y las arquitecturas efímeras que se levantaron para agasajarlos.