«Una de las novelas más reveladoras de Alberto Moravia. La cama es el territorio del bien y del mal, porque el adolescente seriamente enfermo que fue Alberto Moravia hizo de la cama no sólo un lugar de postración y convalecencia, sino también un territorio límite del comportamiento. El sexo revela pautas de conducta y repercute en lo individual y lo social, conclusión que subyace en la novelística de Moravia. El sexo es desvelador porque desnuda a los protagonistas de sus disfraces sin que el escritor se pronuncie. El sexo como canibalismo interpersonal le lleva a un pesimismo humanista, no sólo fomentado por la brutalidad de algunos de sus personajes, sino también por la hipocresía o el conformismo que lo hacen posible, aunque siempre filtra una cierta compasión fatalista ante la imposibilidad del hombre para ser feliz o simplemente cumplir cualquier canon de ética necesaria.»