El Sitio desarrolla en forma coloquial una historia que nos muestra cómo muchas veces el poder, la discriminación y la religión, se pueden transformar en un todo capaz de crear una realidad ajena a nosotros con la energía suficiente como para destruirnos. Es un libro destinado a ayudarnos a reflexionar más que sobre nuestras acciones, sobre nuestra muchas veces falta de compromiso con la vida y la libertad. Como parte de la humanidad vivimos y hemos vivido sumergidos en una realidad moldeada por conflictos de todo tipo. Nuestra naturaleza humana nos ha dado el ingenio imprescindible para apartarnos de nuestras responsabilidades, no asumiéndolas, evitando de esa forma tomar conciencia que muchas veces era nuestro silencio el real causante de los mayores desatinos. Fue por eso que muchas veces nos costó tanto encontrar a los verdaderos responsables de los crímenes más serios cometidos contra nuestra raza, ya que estos moraban realmente dentro de nuestros corazones. Esta alegoría pretende que juntos despertemos nuestra conciencia individual y colectiva, para que un día podamos decir de una vez y para siempre ¡BASTA!, trazando una línea imaginaria para graficar que no toleraremos mas allá de ese punto lo que esta sucediendo. Como decía el filósofo alemán Emmanuel Kant Todos somos iguales ante el deber moral', y es este deber el que nos obliga a denunciar todo aquello que de una u otra forma afecta o denigra a nuestro prójimo, ya que aunque nos neguemos a aceptarlo, nuestro comportamiento ante él siempre será el espejo que refleje nuestras almas. Como el personaje de El Sitio dice ¡En la vida uno se puede permitir muchas cosas, pero nunca el permanecer indiferente ante el dolor y el drama de los demás! .