A Chano, desde siempre, le han atraído las mujeres de formas generosas: desde la madre de su amigo de la infancia hasta la profesora de matemáticas del bachillerato, pasando por Laura, su inteligente, activa e independiente compañera de estudios en los años del instituto. Pero no será hasta su entrada en la universidad que su encuentro con Sara le va a permitir el feliz descubrimiento: el sentido de la intimidad se construye como un diálogo de identidades que, si bien se materializa como encuentro de los cuerpos, solo en la aceptación del otro/otra como existencia irrepetible alcanza una significación más compleja y plena.