Cuando llega a Cansares, Irene descubre que la verdadera intención de su padre al ir de vacaciones allí es la de estudiar a Tomi, un chico que padece una extraña enfermedad llamada ''síndrome de Williams' y que se dice que pudo tener también Mozart. Esta enfermedad consiste en que el niño tiene una extraordinaria sensibilidad musical, aunque el resto de actitudes lo muestran como un discapacitado psíquico. Para probar que Mozart tuvo esta enfermedad, Horacio necesita la ayuda de su hija y le pide que se haga amiga de Tomi.
Cuando Irene conoce a Tomi ve en él a un chico sensible, cariñoso y puro con una facilidad para la música fuera de lo normal. Los dos chicos se hacen amigos gracias a su afición por los instrumentos y poco a poco Irene se enamora de Tomi. Irene se da cuenta de que Tomi sí es un genio y que es capaz de tocar casi cualquier instrumento sin haber recibido lecciones de ningún tipo. Sin embargo, es reacia a ayudar a su padre porque cree que trata al chico como si fuera un animal.
Un día Irene graba en un magnetófono a Tomi tocando por primera vez un piano y se queda asombrada de su habilidad. Decide no dar a su padre esa cinta que podría probar el padecimiento del síndrome de Williams por Mozart y que guiaría el futuro de su amigo Tomi. En lugar de eso le da la cinta a Tomi y le pide que decida él sobre su propio futuro: si deja que Horacio la oiga su vida cambiará por completo, irá a la ciudad y desarrollará aún más su sensibilidad musical; si no deja que éste la oiga su vida seguirá igual para siempre en ese pequeño pueblo junto a su madre.