Al igual que Poe, su maestro, Horacio Quiroga pertenece a esa clase de narradores cuya corriente emocional adquiere su grado de máxima tensión en el cuento breve «de efecto», que participa de los elementos característicos del cuento oral, donde la intensidad argumental -la capacidad de absorber la atención del lector- sigue una línea ascendente que se libera con el impacto final.
«Si se debiera juzgar el valor de los sentimientos por su intensidad, ninguno tan rico como el miedo», decía Quiroga. El horror que contienen los cuentos reunidos en la presente antología, no es un mero procedimiento mecánico descubierto en las narraciones de Poe y reflejado con mayor o menor fortuna verbal. Como Poe, Quiroga descendió a los infiernos y el horror y la crueldad se instalaron en su propia vida.