El doctor Zittone lo sabe: Bernabé es especial. Cualquier otra persona en su lugar se habría olvidado de hablar o se habría convertido en un animal. Pero Bernabé es distinto: cuando habla, lo hace con ternura y poesía, y cuando recuerda su vida, su memoria parece entrelazarse con episodios de la Odisea. Pero ¿cómo es posible? Bernabé acaba de llegar al orfanato y los últimos diez años de su vida, desde que tenía ocho, los ha pasado alejado de la civilización, en la soledad de un valle remoto, con la única compañía de las águilas y una pareja de lobos.