Eliseo no vive en una gran mansión. Tampoco tiene grandes riquezas. Sus ropas son prácticamente harapos. Pero solo le ha hecho falta un segundo, aquel en el que su mirada se ha cruzado con la de Elena, para llenar su vida por completo. Ahora los dos jóvenes se aman en silencio, pero las diferencias de clase los separan. Cada día se ven durante unos instantes y se comunican a través de un libro que Elena lleva siempre bajo el brazo. En él subraya sílabas que formarán frases en clave dirigidas a su amado. Las hojas arrancadas de ese volumen serán el vehículo de su amor. Pero Eliseo no sabe leer, y Elena, finalizado el verano, tiene que regresar a su casa. Durante un año el joven dedicará todo su tiempo a aprender las letras y esperará el regreso de su amada. Un regreso que no se produce porque ella cae enferma. Eliseo viajará para encontrar a Elena y superará todos los obstáculos que impiden su amor.