Durante años, Courtland Becket se había negado a sí mismo la única mujer capaz de llegarle al corazón, pero ya no podía seguir ignorando a Cassandra.La niña que en otro tiempo jugaba a provocarle se había convertido en una mujer decidida a mostrarle sus sentimientos. Ya era hora de que él, que se consideraba a sí mismo protector de la familia Becket, se permitiera disfrutar del sabor de lo prohibido.Pero el precio de la pasión podía llegar a ser excesivamente alto por culpa del regreso de un viejo enemigo dispuesto a vengarse de todo el clan; un regreso que obligaría a Courtland a debatirse entre el amor y su deber hacia una familia que para él significaba más que su propia vida.