Los romances más viejos que conocemos datan del siglo XV, aunque a menudo cuentan epopeyas de los siglos anteriores. Son poemas cortos épico-líricos que se cantaban acompañados de música. Los juglares los sacaron de la corte y los hicieron llegar al pueblo, que los modificó a su gusto y repitió en lenguaje llano. Ensalzaban figuras nacionales como Bernardo del Capio peleando por la libertad de su padre, recordaban gestas carolingias, o informaban de hechos que interesaba propagar como la conquista de Granada.