En pleno periodo colectivista en China, a finales de los años cincuenta, un equipo de trabajo rural responsable de construir una importante compuerta recibe a un extraño nuevo recluta: Tizón, un muchacho flaco, silencioso y casi salvaje.
Asignado como ayudante del herrero en la forja del lugar de trabajo, Tizón muestra una indiferencia sobrehumana ante el dolor o el sufrimiento, y sin embargo manifiesta una misteriosa sensibilidad hacia el mundo natural.
Mientras las relaciones entre los trabajadores se enturbian debido a los celos y las peleas, los ojos de Tizón permanecen fijos en un mundo que solo él puede ver, en busca de maravillas que solo él entiende. Un día encuentra todo lo que ha estado indagando encarnado de la manera más mundana e inesperada: un rábano.