Ensayistas y políticos de finales del siglo XIX solían presentar el interior rural español como el lugar de la indiferencia y el conformismo. Este libro rebate la veracidad de dicha imagen sobre el caso aragonés. En sus páginas se describe y analiza la variada panoplia de acciones colectivas de protesta que tuvieron lugar entre 1885 y 1917, desde los motines y algaradas de tipo comunal hasta los primeros ensayos en el uso de la huelga en las ciudades más relevantes de la región, sin dejar de interrogarse por los protagonistas y las causas que intervinieron en cada momento. En todos los escenarios y tiempos destaca el carácter político de unas formas de protesta con las que grupos con identidad e intereses propios se enfrentaron al poder constituido para plantear sus demandas.