La autora nos invita a reflexionar sobre el poder de nuestra presencia y de nuestro impacto en el mundo. A menudo no nos damos cuenta del daño o del beneficio de nuestra influencia y del mal o del bien que podemos provocar. En la medida en que seamos más conscientes de nuestro impacto, asumiremos la responsabilidad de transitar por este mundo sembrando armonía, paz y amor.
Y precisamente cuando vivimos en y desde ese espacio interior tenemos presencia. Una persona con presencia está asentada internamente. Su presencia surge de ser y de estar conectado con su verdadera identidad. Vive sin máscaras. Su presencia reconoce y es reconocida. Es transformadora.
A lo largo del libro, veremos los factores que contribuyen a incrementar nuestra presencia en el mundo.