El siglo XIX toca a su fin. Barcelona es una ciudad pujante, la capital del Modernismo, donde parecen concentrarse los genios de las más variadas disciplinas. El último en llegar es un pintor prometedor, un muchacho dispueso a encontrar amigos, inspiración, fama e incluso amor. Su nombre es Pablo Picasso.
Pero su vida se transforma del modo más inesperado: las prostitutas del burdel donde se hospeda, situado en la calle Avinyó, están muriendo a manos de un brutal asesino en serie. Y varias pistas lo sitúan a él como principal sospechoso.
Sin embargo, los crímenes también recuerdan a los que años atrás sacudieron el barrio de Whitechapel, en Londres, de modo que la policía contacta con Scotland Yard para que envíen ayuda. Pronto llega a Barcelona Steven Arrow, un prohombre inglés de quien algunos cuentan que ha servido de inspiración para escribir las célebres aventuras de Sherlock Holmes.
El sagaz Arrow comprende enseguida que Picasso no es más que una víctima, y que detrás de todo se encuentra una mente criminal sin escrúpulos, un verdadero genio del mal cuyo estilo cree reconocer. Desde luego, Arrow no está dispuesto a que, como ocurrió años atrás, se le vuelva a escapar Jack el Destripador.
«Nada es gratuito en una novela trazada con la maestría con la que el joven Picasso plasmó sus inquietudes pictóricas.»
El Mundo