La estructura de la Vida de Pedro Saputo se basa, en gran medida, en los grandes clásicos de la literatura española, sobre todo, en la novela picaresca y, cómo no, en el Quijote de Miguel de Cervantes. De ellas toma Braulio Foz el carácter itinerante y viajero de su personaje, que marcha, como el Caballero de la Mancha, en busca de aventuras. De ahí, y de su calidad literaria, que Marcelino Menéndez Pelayo denominara la Vida de Pedro Saputo «el Quijote aragonés». Pedro Saputo sale al mundo para conocer, no quiere apoyos ni ayudas de ningún tipo, confía sobre todo en su ingenio como hombre agudo y en su plena conciencia de la libertad para hacer lo que en cada momento le apetezca, no se somete a ningún prejuicio, no le ata más sentimiento que el amor a los suyos y al ser humano que busca la bondad y la perfección, y una necesidad de búsqueda, sin querer mal para nadie (a menos que lo merezca)