Argumento de El Padre Francés
Topor había muerto joven; había llevado una vida sin reglas, todo un muestrario del exceso: humo, alcohol, comida, mujeres, un trabajo desordenado, noches en blanco. Había sido un dibujante, un pintor, un escritor con una vena macabra. En realidad sé poco de Roland Topor, excepto que era lo opuesto a mi padre y que mientras vivieron jamás hubieran podido ser amigos. Sin embargo mi padre era una persona que adoraba la conversación, hablar de sí mismo, contar su vida. Es posible que cuando enterraron a Topor unos meses después que a él, le entrara curiosidad por saber quién era la nueva persona que iba a estar a su lado para siempre. Estoy seguro de que también Roland, al darse cuenta de que tenía unos vecinos de tumba y quizá por no estar acostumbrado a estar solo, con el pretexto de pedir información sobre el cementerio se dirigiera con un tono de voz alegre y muy abierto a mi padre.0