«Uno se pasa la vida dándole vueltas a la misma isla que somos.»
El presente libro cuenta tres infancias: la del nieto, marcada por la alegría de vivir y el asombro infinito ante la realidad; la de Eva, la hija; y la del abuelo, el autor, prolongada por la huella que los recuerdos fueron dejando en él con el paso de los años.
Como si se tratara de una obra que encierra el mundo entero, el niño va conociendo poco a poco la vida: los números, el ascensor, el día, el mar, el adiós, el amor y un cuchillo que permanece apresado en la memoria del autor.
La narración avanza y retrocede con el ritmo tranquilo de las olas de un mar en calma. Cada descubrimiento del nieto despierta en el abuelo un recuerdo de lo vivido junto a sus seres queridos que se mantiene indeleble. Como si fuera la relación con los otros lo que poco a poco va esculpiéndonos, convirtiéndonos en lo que somos cuando ya no somos más que el tiempo que nos queda.
Un libro para entender la infancia y la vida. Para volver a ser niño.