Desde siempre, los viajes han sido fuente de inspiración y aventuras. A partir de Charles Darwin como modelo y guía, surgió una potente literatura, que llevó a los viajeros a registrar sus itinerarios como una manera imperfecta de apresar el tiempo y las experiencias vividas. En esta novela, Fernández Correa propone una lectura contemporánea de esa tradición y, al tiempo que hurga en el contexto histórico de Europa y América a mediados del siglo XIX, pone en juego a sus personajes con conflictos profundamente humanos, como demostrando que, ante la inminencia del Bicentenario, es posible recuperar para el futuro una parte importante del pasado. El amor, la violencia y ciertas formas de la intriga van tejiendo una trama marcada por la aventura y por el descubrimiento.