El pensamiento de Arendt, en su constante búsqueda por entender la sociedad de su época, rechaza las doctrinas perfectamente acabadas y los marcos teóricos absolutos que encasillan la realidad, para centrarse en el estudio de la conciencia del individuo y su capacidad para juzgar y para actuar.
El ascenso del antisemitismo, la traición de intelectuales como Heidegger, la sociedad de masas y el siempre controvertido concepto de «la banalidad del mal» son algunos de los temas que preocuparon a la pensadora y de los que se ocupa Venmans en este prolífico ensayo.
Utilizada por unos y por otros, lo cierto es que la originalidad de su pensamiento y su rechazo de las etiquetas hacen de ella una pensadora imprescindible y difícil de clasificar. Cuarenta años después de su muerte, es ya un icono del pensamiento filosófico, político y moral.
Cualquiera que busque entender y anticipar la deriva de la política actual debe acercarse a Hannah Arendt, como un antídoto contra el populismo de derechas e izquierdas que se extiende por Europa y Estados Unidos, y para comprender mejor los mecanismos por los que las personas, en tiempos de incertidumbre, aceptan los argumentos excluyentes y las mentiras de los dirigentes políticos.