Su argumento central es que el moderno sistema mundial toma la forma de una economía-mundo capitalista, que tuvo su génesis en Europa en el siglo XVI e implicó la transformación del modo de producción feudal en un sistema social cualitativamente diferente. Desde entonces, esta economía-mundo se ha extendido geográficamente hasta abarcar todo el globo, ha seguido un modelo cíclico de expansión y contracción y una localización geográfica variable de los papeles económicos, y ha sufrido un proceso de transformación secular que está aún en marcha.
Este segundo volumen abarca el siglo XVII, entendido como el período que va desde 1600 a 1750, un ejemplo del modelo cíclico de expansión y contracción. En lo que respecta a la geografía general del sistema mundial, las fronteras creadas hacia 1500 no varían de forma significativa. En cuanto a los procesos seculares de cambio, no se observa ningún salto cualitativo, sino una continuidad esencial entre el largo siglo XVI y el XVII.
«Un referente de esa izquierda que busca oxígeno intelectual para no ahogarse en la larga inmersión a la que parece condenada.»
La Vanguardia
«Una obra maestra de historia social analítica y sintética [?]. Imprescindible para quienes deseen comprender el origen del mundo contemporáneo.»
Political Science Quarterly