El libro analiza la figura del Maestro de Vielha, uno de los pintores más prolíficos en Aragón y Catalunya a finales del gótico, situándolo en el panorama general del arte de su tiempo y estableciendo su catálogo de obras. Desde siempre, a la luz de su estilo, se le ha considerado discípulo de Pere Garcia de Benavarri (doc. 1445-1485), hecho que ha llevado al autor a proponer una identificación con el pintor Bartomeu Garcia (doc. 1484-1496), a quién se supone hijo o descendiente del anterior.