Del Antiguo Testamento nos traza la silueta espiritual de Raquel, la de las mujeres que entran en la genealogía de Jesús y la de las que rodearon al rey David. Del Nuevo, la de todas aquellas que formaron parte de la vida del Señor o que se cruzaron en ella: la hemorroisa, la hija de Jairo, María Magdalena, la mujer de Pilato, etc.
Drewermann subraya el papel destacado que las Sagradas Escrituras otorgan a la mujer, los valores fundamentales que ella simboliza y la cercanía privilegiada de que goza, tanto respecto a Dios como respecto a Jesús.