Los estudios internacionales ponen de manifiesto que un buen liderazgo es un factor determinante de la calidad de la educación y dentro de todos los factores internos de la escuela, después de la labor del profesorado en el aula, el liderazgo de la dirección es el segundo factor que contribuye a lo que aprende el alumnado, explicando alrededor de un 25 por ciento de todos los efectos escolares. Transitar de un liderazgo burocrático a otro pedagógico, distribuido y estratégico, es un proceso complejo pero urgente, a la vez que un gran reto para nuestro sistema educativo, puesto que en el año 2020 nuevos saberes, nuevos agentes, nuevas demandas sociales habrán modificado sustancialmente el horizonte educativo. La respuesta creativa a estas múltiples demandas requiere un liderazgo transformador en nuestras escuelas y en nuestro sistema educativo. Este volumen trata de abordar el liderazgo para el aprendizaje: una dirección que centra su acción en la calidad de la enseñanza ofrecida y los resultados del aprendizaje alcanzados por el alumnado.