Una enciclopedia del sabor bajo cero escrita por grandes conocedores del
cuarto kilo que explora los datos menos conocidos de la producción
nacional de helados.
Podemos volver con la cabeza gacha y muy poca gloria de los mundiales de
fútbol, pero hay un deporte en el que la Argentina brilla seguido (al
menos en verano), con muchísimos más éxitos y cultores que el balompié:
¡Tomar helado! Gran deporte nacional, sí señor. La herencia de los
maestros italianos prendió fuerte, y no solo cada barrio cuenta con su
heladería como emblema (camiseta que se defiende con pasión), sino que
además hay buenos palito-bombón en los kioscos y extraordinarios sabores
en cadenas cada vez más premium.