Pablo Giussani escribió este libro en Italia, adonde emigró a fines de
los 70 para proteger la vida de su familia. Quería contar su visión
sobre la organización político militar de la cual había estado cerca,
pero que nunca había integrado, a diferencia de muchos de sus amigos,
como Francisco Paco Urondo, Juan Gelman, Rodolfo Walsh o
Miguel Bonasso. Su trabajo tenía como objetivo entender de dónde venían
los rituales de aquel grupo que por entonces estaba diezmado tras la
represión salvaje y el exilio de algunos de sus miembros.
A mediados de 1982 el manuscrito estaba terminado. Ernesto Sábato,
Daniel Divinsky, Raúl Alfonsín y Jacobo Timerman fueron algunos de los
lectores iniciales que, entusiasmados, lo promovieron entre editores
argentinos. Finalmente, propuesto por Sábato, Sudamericana Planeta lo
publicó en marzo de 1984. Se convirtió de inmediato en uno de los best
sellers del año. Con el libro se desató la polémica y el debate. El
autor avanzaba hasta lugares a los