Como ella lo niega, el Emperador decreta que el honor de Littegarde y la sinceridad del Barbarroja se decidan en un duelo, donde la voluntad de Dios dará el triunfo a la espada que defienda la verdad. Con este argumento romántico, que bordea el género policíaco, Heinrich Von Kleist, uno de los autores predilectos de Kafka, compone una historia sorprendente y expresionista en la que nada es lo que parece ni Dios tan preciso como cabía esperar.