Según José Ingenieros " el hombre mediocre es una sombra proyectaba por la sociedad [...] su característica es pensar con cabeza ajena y ser incapaz de formarse ideales propios".
En tanto " el hombre superior [...] es precursor de nuevas formas de perfección, piensa mejor que el medio en que vive y puede sobreponer ideales suyos a las rutinas de los demás".
José Ingenieros propone a los jóvenes en El hombre mediocre un idealismo moral que, según dicho autor, logrará derrotar la rutina y la mediocridad.