Una historia de vida, una historia de como el tiempo no es igual para todos, una historia que no deja indiferente a nadie.
Sarah es una adolescente más y al mismo tiempo se siente fuera de lugar, no le gusta su vida, no le gusta la gente que le rodea, ni su familia, ni sus compañeros, es solitaria y además ha sufrido su primera ruptura amorosa. Víctor es un empresario de éxito pero el destino le ha jugado una mala pasada, tiene una enfermedad terminal. Ámbas personas en principio no tienen nada en común, sin embargo, los dos quieren cambiar el tiempo que les queda de vida, Sarah quiere acabar con su vida de manera temprana y Víctor quiere seguir viviendo y disfrutar de la vida.
El Padre Tiempo, que regula las horas y los días, quiere mostrarle a Sarah y a Víctor el verdadero sentido del tiempo y para ello baja a la Tierra.
Una conmovedora historia en el que el lector puede apreciar la fragilidad de la vida, y estar agradacido con lo que hemos vivido y lo que todavía nos queda por vivir.