Una colección de relatos que discurren entre el humor y la sorpresa.
Se necesita una vocación irreductible -o cierta urgencia por pagar la renta- para salir ataviado con esmoquin negro, galera y capa, una tarde de 38 grados a la sombra. Y peor aún, con tal aspecto y asemejándose a un Drácula vernáculo, montarse en un Seat Panda, modelo 80 y destartalado, hacia el triste destino de entretener a una horda de chiquillos tiranos. Esa es la vida de Mario Culazo, rebautizado El Gran Zandovani.
Sin duda, en algunas ocasiones, las cosas pueden salir mal, aunque en otras pueden resultar peor. Así lo demuestra la delirante colección de personajes de estas historias. Un mono iracundo en un autobús, un mago fracasado, un suicida reincidente y un poeta resignado nos introducirán en escenarios tan absurdos como imprevisibles.
Este es un libro de relatos que discurre a través de un hilo conductor compuesto: el humor y la sorpresa, a la vez que nos propone adentrarnos en el particular mundo que construye el autor, para descubrir que siempre puede suceder algo distinto a lo que esperamos.