Tras ganar la Guerra Civil, Franco impuso en España una dictadura de corte fascista y durante muchos años continuó matando y manteniendo en las cárceles a un gran número de sus opositores. Así, el franquismo se convirtió en el régimen antidemocrático más oscuro y longevo de Europa occidental y, por eso mismo, la República que aplastó ha pasado a la historia como un símbolo de democracia. Sin embargo, es incuestionable que, al comienzo de la guerra, la España republicana se vio inmediatamente arrollada por una oleada revolucionaria. Es un convencimiento compartido por muchos que esa grave alteración del sistema democrático fue provocada por el golpe militar, que hizo indispensable armar al pueblo para hacerle frente. Pero, ¿fue realmente así? ¿Los generales golpistas quisieron hundir la República solo por la hostilidad de las capas más reaccionarias hacia las reformas que esta estaba realizando dentro del orden y el respeto a las normas de una democracia liberal? ¿O el sistema democrático ya se estaba desgastando desde la victoria del Frente Popular y los militares contaron con el activo apoyo, o al menos con la desconcertada pasividad, de amplios sectores de la sociedad española, que temieron que el país se encontrara en el camino de una revolución irreversible?