El goce tiene una historia. En algunos períodos ha sido condenado en nombre de la moral y en otras ocasiones se ha exhibido como un eslogan, pero siempre ha sido un poderoso motor individual y colectivo. Numerosas obras de escritores y artistas giran en torno a él, sin que a menudo necesiten siquiera nombrarlo. Jean-Luc Nancy y Adèle Van Reeth abren un debate sobre qué significa gozar: ¿es la satisfacción que se alcanza en el momento último del placer sexual o la que se experimenta por atesorar bienes y disponer libremente de ellos?, ¿se trata de una experiencia mística y solitaria o se refiere al placer de consumir de manera desenfrenada? En 'El goce' no se encontrarán consejos para obtener mayor placer ni para gozar mejor, tampoco es la denuncia de nuestra sociedad que identifica el goce con la apropiación desmedida de bienes y placeres. Nos aporta una visión llena de matices sobre una experiencia universal y, sin embargo, tan difícil de explicar, y que suscita reflexiones filosóficas y sociales apasionantes. «El goce, al estar hecho de placer, es necesariamente puntual. Eso es lo fascinante: por un lado, el éxtasis, que sobrepasa todo límite y todo placer conocido; por otro, el deseo de volver a él una y otra vez, es decir, la insatisfacción por excelencia».