Es conocido que la Madre Teresa abandonó su convento para trabajar con los más pobres entre los pobres. Pero ¿qué la llevó a hacer esto?
El 10 de septiembre de 1946, en un tren camino de Darjeeling para un retiro, tuvo una sobrecogedora experiencia de comunicación con Dios. Pero ¿cómo fue exactamente?
Según Langford, no se trata de que recibiera la orden de ponerse a trabajar para los pobres. Era algo completamente diferente, más monumental y sobrecogedor. Durante años no quiso hablar de lo que había pasado, ni interpretarlo siquiera, de modo que el significado más profundo de su mensaje se desconocía. Lo que ella llevaba en lo más hondo de su ser todavía es un misterio, incluso para sus admiradores más fervientes. Pero no era su deseo que permaneciera oculto para siempre.