Argumento de El Espejismo de la Economía: Análisis de Una Ciencia Bajo Sospecha
Encuadernación: Rústica
Colección: Ciencia
La ideología liberal ha venido sosteniéndose sobre unos cuantos mitos y falsedades que necesitamos desenmascarar y arrumbar definitivamente. Aceptar como algo normal, por ejemplo, que la propiedad privada ha de imponerse a la propiedad pública en nombre de la sagrada libertad o que una minoría de individuos puede decidir si una mayoría trabaja o no, si puede alimentarse o no, si tiene acceso a bienes absolutamente básicos o no. equivale, en cuanto a irracionalidad, a creer en la brujería o en la posesión diabólica. Algún día veremos los bancos o los consejos de administración de una empresa como artefactos inútiles exactamente igual que un hacha de sílex, una pirámide o una ballesta medieval. Uno de los mitos más repetidos a lo largo de la historia del pensamiento económico liberal consiste en afirmar que el caos derivado de una búsqueda individualista de intereses particulares y contrapuestos acabará generando una espléndida armonía final. Este mito infantil, que se aferra a una especie de "providencia", es implacablemente desmontado por Keynes. El caos solo genera más caos. Y aunque las propuestas keynesianas se quedan, a veces, a medio camino, su orientación general es correcta. A menos que los seres humanos se unan para un objetivo común, escribe Keynes, cada uno irá por su lado en una búsqueda
caótica de intereses individuales, lo que llevará rápidamente a la destrucción del conjunto. La muy célebre "mano invisible" ni funciona en la actualidad ni funcionó en tiempos de Keynes. En realidad, no ha funcionado nunca. 1