Este libro parte del convencimiento de que la Iglesia habla demasiado de ella misma y de su doctrina moral y no tanto de Jesucristo, Hijo de Dios, hombre como nosotros. En su primera parte se exponen las circunstancias de la vida en las que el Señor nos quiere; en la segunda, la llamada se concreta en nuestra identificación con él, con sus sentimientos y actitudes.