"El responsable de este cambio de enfoque en mi trabajo fue un indio yanqui del norte de México, Don Juan Matus, quien más tarde me presentó a Don Genaro Flores, un indio mazateco de México Central. Los dos eran adeptos practicantes de un antiquísimo conocimiento, que en nuestros días se le llama comúnmente, brujería y que se considera una forma primitiva de ciencia médica y psicológica, siendo en realidad una tradición de practicantes insólitamente disciplinados y de prácticas extraordinariamente sofisticadas.
Los dos hombres se convirtieron en mis maestros más que en mIs informantes, pero yo aún así persistía, de una manera desordenada, en considerar mi tarea como un trabajo antropológico".
Carlos Castaneda