Sin embargo, esto no impedirá que la recién llegada sienta la desolación y el desamparo de la soledad en las frías estancias del alcázar de Toledo, y más tarde en Madrid. La rígida corte constriñe su alegría de vivir y sólo hallará consuelo en los ojos del apuesto Juan de Nápoles, encargado de la custodia del diamante. Entretanto, una misteriosa mujer ambiciona la piedra preciosa y el poder que ésta representa en la corte de los Austrias.
Mari Pau Domínguez, con una soltura poco frecuente, irrumpe por primera vez en la novela histórica para describir, con mucha solidez, un episodio fascinante del siglo XVI, en cuya trama no faltan las intrigas y las pasiones que no dan respiro a sus protagonistas desde la primera página hasta su inesperado desenlace.