Este libro afronta por vez primera y general la comunicación entre dos grandes sistemas regionales de protección internacional de derechos humanos que emanan de la Declaración Universal, los creados por la Convención Americana y el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Pese a las diferencias en las dimensiones de ambas jurisprudencias y la más amplia experiencia europea, en las distintas realidades sociales de cada continente, y en la intensidad del pluralismo cultural de base territorial, existen evidentes similitudes en las normas reconocedoras de derechos, en los criterios de interpretación, en las garantías, y en los supuestos de hecho. La dignidad humana y el libre desarrollo de la personalidad no son distintos en ambos escenarios. El intercambio de argumentaciones y criterios de motivación entre la Corte Interamericana y el Tribunal Europeo resulta altamente aconsejable y debería intensificarse, buscando la cooperación en una red de trabajo e influencia recíproca y de argumentación comparada: una suerte de diálogo espontáneo y no normativo o de comunicación judicial.