Flora Bennett estaba dispuesta a adoptar a su sobrina a pesar de que Angelo van Zaal ya daba por hecho que la custodia la tendría él. Aunque el deseo que sentía hacia ella le incomodaba, lo que verdaderamente sacaba de sus casillas a Angelo era que ella evitara la atracción sexual que existía entre los dos. Tenía que encontrar la manera de que Flora se plegara a sus deseos. Lo que no sospechaba era que fuera a quedarse embarazada.