A veces, la historia se nutre de una mitología más potente, quizá, que los mismos hechos. La novela histórica necesita de los mitos para construir una ficción que envuelva al lector, que sea capaz de atraparlo.
Cuenta la leyenda que las damas de cuyo bordaron en pocos días la bandera que usó del Ejército de los Andes. Con esa intuición como partida, El cruce del laberinto se adentra en la vida de las damas mendocinas que apoyaron a San Martín.
Sofía Ocampo llega a Mendoza para casarse con Esteban Luzuriaga y, hasta que la boda se realice, vivirá en casa de su amiga de toda la vida, Remedios de Escalada. En esa vivienda, Sofía conocerá a las mujeres patrióticas que se reúnen para coser los uniformes del novísimo ejército. Allí, recibirá, junto a las demás, el encargo sanmartiniano de confeccionar la bandera. Allí, forjará una amistad con las mujeres mendocinas que acompañan a Remedios. Allí, también, se encontrará con Abel, el hermano militar de Esteban, que debe cuidarla mientras su prometido se ausenta en un viaje de negocios.
Escrita con maestría y precisión, la novela nos muestra los meses en que se gestó la hazaña bélica, la vida de las mujeres que dieron todo por el Ejército de los Andes y el laberinto personal en el que Sofía, Esteban y Abel están atrapados: ficción y realidad, leyenda e historia, fundidos para siempre.