En Latinoamérica el crimen organizado adopta múltiples formas, a pesar de que suele ser relacionado casi inexorablemente al narcotráfico. En este sentido, las expresiones más significativas dentro de nuestra región son: el tráfico de drogas, el tráfico de personas, el tráfico de armas, municiones y explosivos, el tráfico de recursos naturales, el contrabando y las falsificaciones, y la legalización de activos -que es transversal al resto de los ilícitos-.
Este libro invita a observar y a entender tanto los factores estructurales que han posibilitado el desarrollo y avance del crimen organizado, como las especificidades de cada una de sus manifestaciones presentes en la región, y las respuestas ensayadas por los Estados para combatir a este flagelo. En estas páginas se pueden encontrar las claves necesarias para realizar un diagnóstico acabado del crimen organizado en América Latina, que permita desarrollar políticas públicas tendientes a hacerle frente de manera efectiva.