Margaret Odell no tenía ninguna aptitud singular, excepto la belleza que la había convertido en un mito de Broadway surgido de la líneas del coro de un musical. Cuando aparece su cadáver estrangulado y el coqueto piso en el que vive saqueado y en total desorden, la prensa enloquece y la policía piensa que se trata de un robo con homicidio. Había muchos hombres en su vida, desde ricos herederos hasta gangsters de la peor reputación. Y varios habían pasado por su casa la noche del asesinato.
Será necesaria la erudición de Philo Vance para deshacer varios alibis y llegar al culpable. Mientras tanto, y gracias a la inoperancia policial, el asesino vuelve a golpear.