Desde el primer momento, El converso fue acogido con entusiasmo por algunos de los narradores españoles más solventes (Ana María Matute, Rosa Montero, Miguel Sánchez-Ostiz o Luis Sepúlveda), así como por la crítica más exigente, tanto española (Ricardo Senabre, Santos Sanz Villanueva, Javier Goñi) como extranjera (Christine Ferniot, Jean-Charles Gateau, Raphaëlle Rérolle), y la respuesta de los lectores fue igualmente vibrante. Vista en perspectiva, ha quedado como la mejor y más exitosa novela del autor hasta el momento.
No abundan las novelas españolas en las que el equilibrio entre el conocimiento histórico de una época y la agilidad narrativa se dé de un modo tan acabado como en esta novela, que constituye además un cierto homenaje a géneros que el lector español conoce bien, como son la poesía del Siglo de Oro, la novela picaresca o el teatro de Lope de Vega, y por encima de todo la novela de aventuras británica al estilo Stevenson, Conrad o London.