Esta historia se basa en un hecho real: Etan Patz, un niño de seis años, desaparece en Nueva York. Una mujer y su péndulo van buscando, con esa noción reservada a los viajeros de otro siglo. En esta búsqueda inicial se imbrican otras historias y otros lugares: Nueva York y su vértigo, el Cairo que se crece en un jardín de Alejandria, un universo absolutamente contemporáneo, pintado con un estilo a veces preciso, a veces sensual, donde las relaciones se arman y se desarman.
Nadie Sabe es en cierta medida el paradigma de las relaciones de nuestra época.