Después de pasar una temporada humillante en Londres, Hester Perceval se recluyó en el desván de su casa para dedicarse por completo al estudio. Su prodigiosa inteligencia le permitía resolver los problemas y rompecabezas más complejos, lo que acabó despertando el interés de "Zeno", un amigo por correspondencia. Cuando descubrió que Zeno era en realidad lord Robert Dungarron, el hombre que la había avergonzado durante la temporada, decidió darse a la fuga. Pero Robert consiguió encontrarla y convencerla para que lo ayudara a descubrir un complot siniestro y enrevesado. Y mientras se esforzaban por resolver el enigma, descubrieron también un amor mutuo que desafiaba toda lógica y razón.