He encontrado el cielo en la tierra. Estas palabras surgidas de la experiencia de Isabel de la Trinidad son el anuncio de la felicidad. Ella nos enseña un camino, sencillo pero seguro, para vivir el día a día en una dinámica llena de gozo. El cielo es felicidad permanente que ya Dios te regala aquí y ahora. Sólo hay que extender la mano hacia tu propio interior. Ahí te encuentras con el Dios Trino, un Dios cercano, siempre presente, un Dios papá. El Dios que te asegura siempre su amor y tu felicidad.