Lady Rhoese de York era un gran premio: era rica, tenía muchas posesiones y podía llenas las arcas reales si alguno de los caballeros del rey se casara con ella.
Judhael de Brionne aceptó el encargo. Además de con sus tierras, estaba dispuesto a quedarse también con ella. Después de todo era muy atractiva, y estaba seguro de que podía fundir el hielo que habitaba en su corazón...